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  • Por Damián Pellandini (Director General

Tráfico ilegal de animales en Latinoamérica: ¿Qué podemos hacer como comunidad zoológica?


Mil quinientos billones de dólares por año mueve el tráfico ilegal de animales en todo el mundo. Hablando de actividades ilícitas es sólo superado por el trafico ilegal de armas y drogas. Un negocio que crece día a día y esta devastando, no sólo especies sino también ecosistemas. ¿Pero con todo el trabajo que tenemos en los zoológicos y acuarios hay necesidad de ocuparse de este tema? La respuesta es SI. Es ahora y no podemos perder más tiempo.

Como organizaciones de conservación que somos, tenemos la obligación de educar a nuestros visitantes e intervenir en todos los ámbitos necesarios y entre todos detener este flagelo. Los zoológicos y acuarios de ALPZA fueron visitados por más de 20 millones de personas en 2015. Tal vez parece poco comparado con los 630 millones de latinoamericanos que habitamos este preciado continente, pero no podemos desaprovechar esta oportunidad de correr la voz entre todos nuestros visitantes.

Muchos se preguntaran: ¿No es un tema del cuál deben ocuparse las autoridades de cada país? Sí, es cierto pero no alcanza con el trabajo que hacen. En Argentina, solamente en los últimos dos años, han sido decomisados más de 8.000 animales. No hay suficiente personal y las instalaciones, no sólo no están en las mejores condiciones, sino que además no dan abasto.

En Fundación Temaikèn trabajamos junto a las autoridades de la Dirección de Fauna Silvestre de la Nación y Direcciones de Fauna Provinciales, recibimos a los animales en estado critico en su mayoría, muchos de ellos mueren, pero varios sobreviven gracias al cuidado y la atención de nuestros cuidadores y veterinarios. Es triste ver como trasladan decenas de aves hacinadas en pequeñísimas jaulas o reptiles totalmente comprimidos en botellas de gaseosas. Afortunadamente, dentro de este triste contexto, contamos con un hospital veterinario y personal altamente calificado para asistir clínicamente a estos animales. Una vez que están dados de alta sanitaria, los trasladamos a nuestro Centro de Rehabilitación y Reproducción de Especies, al que llamamos CRET. Y luego, cuando estos animales se encuentran nuevamente en condiciones optimas, tanto clínica como conductualmente, los ponemos a disposición de las autoridades para que sean liberados o si no es posible su liberación, sean trasladados a otras instituciones. Muchos quedan en nuestras instalaciones, como Lola, una monita Mirikina (también se la conoce como mono de noche) que recibimos producto de una incautación en el año 2009. Ella tenía hábitos nocturnos pero al haber sido comprada en el mercado ilegal y haber sido adoptada como mascota, ya no puede regresar a la naturaleza. Hoy, Lola vive en uno de nuestros recintos donde nuestros cuidadores cuentan su historia a nuestros visitantes todos los días.

Historias como estas tenemos muchísimas, pero tal vez la más importante es la campaña que hicimos durante las vacaciones de invierno del 2014. Las vacaciones invernarles son un período del año donde nos visitan cerca de 150.000 personas, para las vacaciones del 2014 decidimos que en lugar de traer una especie carismática y hacer una inversión en publicidad como hemos hecho en más de una oportunidad tal como hacen la mayoría de los zoológicos y acuarios con el fin de atraer visitantes. Nuestra estrategia fue distinta en esta ocasión, decidimos exhibir un grupo de 5 monos carayás o aulladores provenientes de confiscaciones a traficantes ilegales y optamos por contar su problemática siendo que esta especie es una de las más traficadas en Argentina.

Desarrollamos un experiencia en base a imágenes en el exhibidor, charlas en nuestras visitas educativas para los colegios, difusión en televisión, radio y medios digitales ay finalmente elegir un lugar clave para dar visibilidad a esta crisis al agregar publicidad en los ómnibus de nuestra ciudad.

Para nosotros los resultados fueron un éxito. Tal vez no recibimos tantos visitantes como si hubiéramos exhibido cachorritos de tigre blanco, la llegada de una jirafa o ni hablar un panda. ¡El éxito lo medimos en la cantidad de animales que recibimos que la gente tenia como mascota! A la fecha nos han donado más de 20 monos carayás, varios guacamayos, tucanes y reptiles. La gente tomó conciencia gracias a estos mensajes y acciones, entendiendo que los animales silvestres no pueden ser tenidos como mascotas. Afortunadamente varios de los monos han vuelto a la naturaleza. Gracias a un acuerdo que tenemos con Fundación Felix de Azara, pudimos liberarlos en su reserva llamada Guira Oga, en Iguazú, provincia de Misiones.

Como estas, tenemos muchas más historias con finales felices, pero no estamos completamente satisfechos porque esta no es la solución al verdadero problema del tráfico ilegal de fauna para comercio. ¿Hasta que punto vamos a poder seguir recibiendo animales con lo que ello implica: espacios para alojarlos, cuidados intensivos, alimentación, etc? Todo esto implica mucho dinero. ¿No será mejor trabajar en las causas más que en las consecuencias para mitigar este flagelo?

Entonces más que quedarme en el problema, planteo una alternativa. ¿Y si en nuestros zoológicos y acuarios insistimos al comunicar este tema? ¿Si nuestros shows de animales los convertimos en charlas educativas para que nuestros visitantes puedan entender como llegaron o por que están en nuestras instituciones? ¿Por qué no mostrar a nuestros animales embajadores que hayan sido víctimas del tráfico ilegal y contar sus historias para que eso no vuelva a pasar? ¿Y si sumamos a las autoridades nacionales para que ellos hagan una campaña de comunicación de alcance nacional? Nosotros no tenemos los presupuestos para semejante emprendimiento pero los gobiernos sí. Lo que si tenemos es el conocimiento, las ganas de cambiar esta realidad, la creatividad para diseñar esa campaña y la posibilidad de comunicarlo a los cientos de miles que visitan nuestros parques y a los que llegamos a través de nuestras redes sociales. Esto no es difícil de realizar. Solamente tenemos que tomar la decisión de hacerlo, pero tenemos que hacerlo juntos y ahora, para no seguir lamentando cada vez más animales extraídos de sus habitas naturales y muriendo o sufriendo crueldades en este triste camino.

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